Visita especial de Barcelona
Mi amiga Mariló estuvo en Madrid unos días, en mi casa. Se fue ayer por la mañana.
La echaba de menos, y después de su visita, más. De su boca sólo salen las tonterías justas, las que desembocan en inevitable carcajada. El resto, de tonterías nada, sino cosas importantes para tomar nota y no sólo mental, pues hay que aprender mucho de gente como ella y seguir aprendiendo. Todos de todos, "los del 2003" fuimos una buena peña y piña.
No sólo nos llevamos bien, sino que la convivencia estos días ha sido muy buena. Realmente podríamos compartir piso, que no ordenador.
Hemos celebrado este encuentro, y aunque estamos más gordas, hemos decidido que eso no importa. Lo que importa es que estamos mucho mejor que cuando nos conocimos, menuda diferencia.
Cuánta mierda compartimos en su día, mierda de síntomas diarios, mierda del estoy en las puertas del suicidio, de llevarnos o llamar a urgencias incluso, y hemos sobrevivido, y mucho más que eso. Después de lo malo, en especial el 2004 que fue de lo peor... ganas de disfrutar de una vez por todas de una vida, la que hay ahora, a día de hoy, a pesar de todo.
Vivir como jubiladas, por ejemplo, pues no salimos muy rentables para el sistema (activas laboralmente, pero nunca trabajando por estar de baja médica continua) por no tener salud para el mundo laboral aunque ganas, ganas nunca nos faltaron de volver al trabajo. Pero la triste realidad era otra: el que pudiésemos hacerlo sin recaer a la semana escasa de volver a la mesa de la oficina. A los dos años de baja creo, te llaman de la seguridad social para evaluarte y de ahí, si estás mal, y un diagnóstico trastorno bipolar es una magnífica tarjeta de presentación... para que vean que realmente estás jodido y aunque quieras, no podrás trabajar, pues para empezar así lo hace constar el informe de tu psiquiatra. Frustrante para el enfermo, mucho, una noticia dura donde las haya. No nos gusta estar jubiladas, pero ahora nuestra profesión es cuidarnos.
Mariló me ayudó mucho, me acompañó y orientó en esos primeros tiempos: intentar aterrizar en un lugar que no conoces y sin manual de vuelo. Yo estaba muy mal cuando nos conocimos, otoño de 2003, y ella también pasaba sus depresiones crueles sin límite, muy malos momentos. Pero también los hubo buenos, cómo no, se juntan dos depres y acaban riendo, se junta una mixta con una depre y la mixta hace el payaso hasta que la depre ríe... eso retengo a modo de cliché. Momentos de todos los colores...
Un día hicimos un paseo muy bonito, Rambla abajo hasta la Barceloneta, donde comimos, lo recuerdo perfectamente, y luego llegamos hasta la playa de la Marbella. Nunca salimos de noche, más bien nos veíamos en nuestras casas, porque no estábamos bien y nos visitábamos. Un fin de semana ella me acogió en la suya, en un gesto de generosidad que no se olvida, y sé mi madre nunca lo hará. Ese fin de semana yo quería ingresar pues mi episodio mixto me daba pánico, tenía miedo a las jugadas cada vez más sucias que se cocían en mi cabeza, pero ella se ofreció a soportarme en "ingreso domiciliario". Mariló me llevó dos veces al hospital, también. En ella confiaba, a pesar de yo ser una testaruda de mierda, y por eso salvó mi vida. No hay agradecimiento para eso. Hay que hacerlo, y recuerdo que yo también llamé al 061 en una ocasión de peligro para ella.
Ahora la vida sigue, vida en estabilidad siempre tan relativa, y con ella, problemas que afectan a cualquier persona. Vida cotidiana y "mierda de vida" a la que hay que enfrentarse, al menos, ahora hay salud mental para hacerlo pues lo duro que todos tenemos por ahí (enfermedades en la familia, problemas de pareja o con los hijos...), si se está mal, en episodio, no hay quien lo afronte, más bien agravan ese episodio por sufrimiento e impotencia, incluso impaciencia por salir de ese estado, y no se puede ser impaciente sino esperar, por lo que la vida pasa, a tu lado, y rabias por no poder estar ahí, por decir algo: visitar a una amiga que está ingresada.
Hemos salido por Madrid menos de lo que nos (me, mea culpa muchas veces) hubiese gustado, pero a veces, el cuerpo nos pedía simplemente charlar, demasiadas conversaciones pendientes. Mucho pensar, he tenido momentos de ser consciente de cosas importantes que luego no he podido escribir.
Vuelvo a mi rutina, que ya no sé bien en qué consiste. Reinventarse cada día. Estoy negra del libro que no acabo hace un mes, y el otro día hice una compra que promete ser de lectura interesante a cargo de mi paga extra. Hacía mucho que no compraba en una librería, me tengo bien sujeta por ahí, quién lo iba a decir.
Gracias amiga, te quiero. Sé que volverás pronto, porque cumples tus promesas, y sólo lo hacen los amigos.
P.D. ¿Qué le dice una catalana a otra? "Te va a caer una buena factura de aire acondicionado".
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Maldita sea, no tenemos ninguna foto juntas. Bueno, ella rezuma serenidad y alegría en todas, ahí va una...
1 comentario
valpro -
Un abrazo a las dos.