Un día bueno ¿seguido de tres malos?
Mi buena amiga catalano-madrileña Mme.M.Amèlie solía decirme que cuando tengo un día "bueno", suelo forzarme de tal manera que luego lo pago con tres malos.
Ayer tuve un día bueno, conseguí (eso sí, acompañada) completar un montón de gestiones pendientes. Incluso me duché, no sin esfuerzo por meterme. Acabé tan cansada que me quedé frita a la hora de los nenes, al coste de levantarme muy temprano. Le doy las gracias a L. por ello (sola no hubiese podido) esta mañana en un mail-tostón. Esa costumbre, antaño diaria, quizá esté recuperándose... sería para mí una gran alegría volver a la carga, quizá no tanto para los destinatarios.
Sólo tuve un momento de ansiedad. Se presentó en la forma que no duele: me puse a sudar repentinamente. Esta modalidad va de cabeza a pies, y últimamente sólo se me mojan los cabellos. Por eso llevo una gorra en el bolso, no sea que se me constipen más las ideas.
Revisando esa agenda que todavía no sé usar bien (si esto es así para mí, imaginad lo que es recordar lo que van a hacer otros), imagino que estoy en la semana en la que toca menstruación y esta vez viene, por fin, de forma activa. Eso sospecho, y ojalá se cumpla.
Sigo con la nueva pauta. Algo me dice que va a funcionar y tengo esperanza de mejorar mi calidad de vida. En cuanto a efectos secundarios. En lo que se refiere a la vida cotidiana, tengo serios problemas con la memoria, y la afasia nominal cada vez más frecuente: no encuentro las palabras, olvido demasiado, titubeo frecuentemente. También lo noto cuando escribo, aunque siempre se me dio mejor que hablar. Anoto todo lo que puedo, y aún así, olvido hasta el papel donde lo hago.
La lectura, tema recurrente en esta página. Lo único que soy capaz de leer últimamente son los subtítulos de las películas, y con frecuencia he de ir atrás diez segundos porque me he perdido algo.
Recientemente he tenido una conversación con una persona que atraviesa una depresión. Es unipolar, está empezando el tratamiento, tanto que no se sabe si es exógena o endógena. Los bipolares conocemos algo de eso, ¿no es cierto? Recordé a M. y su relato, artículo destacado en las FAQ:
http://carnedepsiquiatra.blogia.com/2006/041601-depresion-unipolar-relatada-por-m..php
Aunque lo nuestro suele ser endógeno. Estamos destinados a ciclar. Y nuestros psiquiatras, a estabilizarnos y prevenir futuras crisis.
Ya ha amanecido. Me acabo de tomar las pastillas. Es mi tercer descafeinado, hora de dejar el brebaje ya, aunque acuso el madrugón (a las 5.30, sí).
Empieza el día, y con él los retos cotidianos antaño normales pero que hace años tanto me cuestan: la ducha, el salir de casa.
Un motivo para hacerlo, que no sea de fuerza mayor.
Buenos días, lectores.
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1 comentario
andré -
y bueno en verdad vivo en carne propia esto, de un dia que la pases bien, luego vienen muchos mal,
Bien, continua escribiendo, que a muchos haceis bien de esta manera,
con cariño y ánimo!
Andrea