Bienvenida a mis Padres
Madre se resiste a conectarse todavía, pero ha de "caer" pronto, porque en esta casa hay tres ordenadores, un router, y sólo me faltan las tarjetas inalámbricas para tener no dos sino tres bichos subiendo y bajando cosas, porque tanto cable por casa no puede ser. Padre es internauta hace tiempo, y resulta interesante comunicarse con él a través de e-mails. A Padre le bastará el link, a Madre le he hecho una impresión de los posts.
Dicen que lo peor que te puede suceder en esta vida es perder un hijo. Yo he estado a punto muchas veces de desaparecer, y ellos por fortuna sin saberlo, pero el pasado 2 de septiembre sí se enteraron porque casi no lo cuento.
Se abrieron muchos interrogantes entonces. Por fin la enfermedad llegaba a uno de sus picos, el más bajo. Saltaron todas las alarmas en la familia. ¿Qué ocurría? Difícil de entender, mucho.
Estoy viva, padres. Y esto que escribo es lo que me ha pasado y me pasa. No me importa publicarlo porque ya no me importan muchas cosas, después de un intento de suicidio algo o mucho ha cambiado en mi sistema de valores. No me he vuelto loca, porque nunca lo he estado, salvo en momentos puntuales de enajenación debidos al Trastorno que sí, efectivamente, casi acaban con mi vida.
Me salvó una Amiga ese 2 de septiembre, me llevó al hospital ella, porque yo no quería ir sino morir. Estaba anímicamente muerta cuando me ingresó. Nunca se lo agradeceré lo suficiente.
No miento, porque no tengo nada que perder, y poco que ocultar. Lamentaré si os disgustáis con lo que podáis leer aquí, y entenderéis que más me disgusté yo experimentando lo que relato. No lo digo todo, porque para eso está mi psiquiatra y mi psicólogo y esta página de internet no es mi terapia. Esta página es incluso entretenimiento para sus visitantes. No me importa, ojalá pueda divulgar algo sobre el Trastorno Bipolar que ayude a alguien.
Aquí soy anónima. Vosotros sí me conocéis, porque me habéis concebido y visto crecer, y lo que más me jode o por lo menos a mí en concreto es que os parecía -como a todo el mundo- que mi conducta era igual a mi personalidad, cuando en realidad muchas veces era producto, síntomas, de la enfermedad. Quizá desde la más tierna infancia, imperceptiblemente. Ahora estáis mejor informados porque habéis leído sobre el TB. Y eso se irá arreglando a medida que mejore y la terapia avance. Los síntomas remitirán y por fin saldré Yo.
No me asusta convertirme en otra cuando remita, somos el río de Heráclito donde el agua que pasa no es nunca la misma.
Me conocéis o eso os dicen vuestros sentidos e intelecto, pero no leéis mi alma. En estos posts o artículos dejo parte de mis emociones. Las que van más allá de las que puede reflejar mi rostro.
Y cuando sufro, no os cuento todo lo que me ocurre. No quiero preocuparos más. No quiero que me acompañéis a los infiernos, os quiero demasiado para arrastraros a los lugares mentales que me han horrorizado. En esos momentos, para vuestra tranquilidad, me vigilan de cerca otras personas que pueden ponerse en mi piel porque ya han estado allí. Que tienen vuestros teléfonos, por si algún día hay una emergencia, y no los usarán si no es estrictamente necesario, y por supuesto, espero que no os llamen nunca. Pero una ha de ponerse a salvo, incluso en el futuro.
Os estoy escribiendo una larga carta, en buena parte respuesta a una misiva de Padre, que no puedo acabar desde el día que la empecé, se me resiste como nada que haya escrito antes. Pero la completaré, porque os quiero contar cosas, en privado.
Una no espera comentarios de su propia familia. Una espera que entiendan mejor lo que es incomprensible para todos. Una no espera críticas de sus padres, porque ya es mayorcita. Una sólo quiere que sepan más.
Una quiere que sepan que les quiere
P.D. Y sí, me tomo las pastillas cada día, ya me raya la preguntita.
Dicen que lo peor que te puede suceder en esta vida es perder un hijo. Yo he estado a punto muchas veces de desaparecer, y ellos por fortuna sin saberlo, pero el pasado 2 de septiembre sí se enteraron porque casi no lo cuento.
Se abrieron muchos interrogantes entonces. Por fin la enfermedad llegaba a uno de sus picos, el más bajo. Saltaron todas las alarmas en la familia. ¿Qué ocurría? Difícil de entender, mucho.
Estoy viva, padres. Y esto que escribo es lo que me ha pasado y me pasa. No me importa publicarlo porque ya no me importan muchas cosas, después de un intento de suicidio algo o mucho ha cambiado en mi sistema de valores. No me he vuelto loca, porque nunca lo he estado, salvo en momentos puntuales de enajenación debidos al Trastorno que sí, efectivamente, casi acaban con mi vida.
Me salvó una Amiga ese 2 de septiembre, me llevó al hospital ella, porque yo no quería ir sino morir. Estaba anímicamente muerta cuando me ingresó. Nunca se lo agradeceré lo suficiente.
No miento, porque no tengo nada que perder, y poco que ocultar. Lamentaré si os disgustáis con lo que podáis leer aquí, y entenderéis que más me disgusté yo experimentando lo que relato. No lo digo todo, porque para eso está mi psiquiatra y mi psicólogo y esta página de internet no es mi terapia. Esta página es incluso entretenimiento para sus visitantes. No me importa, ojalá pueda divulgar algo sobre el Trastorno Bipolar que ayude a alguien.
Aquí soy anónima. Vosotros sí me conocéis, porque me habéis concebido y visto crecer, y lo que más me jode o por lo menos a mí en concreto es que os parecía -como a todo el mundo- que mi conducta era igual a mi personalidad, cuando en realidad muchas veces era producto, síntomas, de la enfermedad. Quizá desde la más tierna infancia, imperceptiblemente. Ahora estáis mejor informados porque habéis leído sobre el TB. Y eso se irá arreglando a medida que mejore y la terapia avance. Los síntomas remitirán y por fin saldré Yo.
No me asusta convertirme en otra cuando remita, somos el río de Heráclito donde el agua que pasa no es nunca la misma.
Me conocéis o eso os dicen vuestros sentidos e intelecto, pero no leéis mi alma. En estos posts o artículos dejo parte de mis emociones. Las que van más allá de las que puede reflejar mi rostro.
Y cuando sufro, no os cuento todo lo que me ocurre. No quiero preocuparos más. No quiero que me acompañéis a los infiernos, os quiero demasiado para arrastraros a los lugares mentales que me han horrorizado. En esos momentos, para vuestra tranquilidad, me vigilan de cerca otras personas que pueden ponerse en mi piel porque ya han estado allí. Que tienen vuestros teléfonos, por si algún día hay una emergencia, y no los usarán si no es estrictamente necesario, y por supuesto, espero que no os llamen nunca. Pero una ha de ponerse a salvo, incluso en el futuro.
Os estoy escribiendo una larga carta, en buena parte respuesta a una misiva de Padre, que no puedo acabar desde el día que la empecé, se me resiste como nada que haya escrito antes. Pero la completaré, porque os quiero contar cosas, en privado.
Una no espera comentarios de su propia familia. Una espera que entiendan mejor lo que es incomprensible para todos. Una no espera críticas de sus padres, porque ya es mayorcita. Una sólo quiere que sepan más.
Una quiere que sepan que les quiere
P.D. Y sí, me tomo las pastillas cada día, ya me raya la preguntita.
11 comentarios
Pau -
pero hay una duda que me asalta, si nosotros somos enfermos y la gente nos tiene que entender y aceptar. tambien tenemos que entender y aceptar a la gente que por su cultura/educacion no nos entiende y nos tacha de vagos o locos? no querernos comprender no es mas que una "enfermedad" que ha creado la sociedad como medida de " defensa " ?
saludos
Alberto du kerkhoven -
jxn -
Un abrazo, jxn
Carne de Psiquiatra -
Los que bien te quieren, te harán llorar. Y mucho.
Y caer en barrena.
Esta vez no me pilla desprevenida. Me doté de
redes. Cortafuegos.
Pero se activó el resorte de nuevo, inconscientemente busco los resquicios.
Mi mente es una hija de puta. Mi inteligencia, en estos momentos, mi mayor enemigo.
Sobreviviré, soy yo contra mí misma, otra vez.
kidam -
Está más que claro que el apoyo y la comprensión son muy necesarios pero a veces, bien por la mentalidad de quien ha de brindarlos, por cobardía, por falta de información, por miedo, en resumen, por un sinfín de cosas que no podemos controlar, ese afecto y acercamiento no se produce. A veces pienso que lo más importante es que uno mismo acepte que lo que tiene es simplemente una enfermedad, cierto que muy jodida, pero que tenga clarísimo que por ello no es ningún apestao, bicho raro o monstruito de feria. Ese siempre es un punto de partido bueno, no?
Vamos, que el aliento y apoyo de tus seres cercanos es imprescindible pero como la obtención del mismo no siempre se consigue y ya hemos dicho que tampoco es fácil para los familiares y amig@s lo mejor es quererse mucho... como aquel anunció que dice: por que yo lo valgo... porque soy una persona normal, porque soy una persona luchadora, porque esto no me va a comer vivo, porque esta enfermedad no se va a convertir en mi sino que yo la voy a convertir en algo secundario. Mi entorno a lo mejor no responde al nivel que yo quiero, PERO YO SOY UN TI@ GENIAL Y LO ÚNICO QUE PASA ES QUE TENGO UNA ENFERMEDAD TOCAPELOTAS!!
coclicó -
mis padres han muerto y entre mis hermanos solo dos mantienen relación conmigo. Lo sucedido ya no tiene remedio, así que te deseo que tengas éxito.
sobre la muerte y los intentos de suicidio: yo estuve muerta en vida, la muerte psíquica existe, pero lo mejor es que me asesinaron. Le pregunté a mi psiquiatra si esto era posible y me confirmó que sí. No me dijo que fuera una variante de alucinación, sino que sí existe la muerte psíquica y que a veces unas personas asesinan a otras (psíquicamente). ¿fuerte, eh?
la ventaja de la muerte psíquica es que luego vuelves a vivir, pero yo diría que es una experiencia excesivamente intensa.
ikimilikiliklik -
ikimilikiliklik -
Me refiero sobre todo a las horas que te puede llevar el gestionarlo. No olvides que la vida está también fuera..... aquí querida, faltan olores, falta el tacto, falta la mirada.. faltan los parpadeos..... y los tartamudeos... tantas cosas.....
enmipellejo -
Has logrado comunicarte con tu familia, y mostrarles un camino para la comprensión que, las más de las veces, en la vida diaria, en la conversación padres-hijos, está vedado, incluso para otros aspectos, mucho más vagos o ideales.
Y no sólo eso, si no que, en adición, has conseguido hacérnoslo comprender a muchos, con tu sinceridad y valentía. No bastan libros y programas de TV. Se necesitan a veces blogs, lugares íntimos y, sin embargo, accesibles donde ser uno mismo y su verdad.
Bravo de nuevo, y los que se sólo se entretengan con tus post, que prescindan mejor de visitarte.
Kidam -
Kidam -